Día del amor. Hoy sonó el despertador y no quise levantarme, me dolía la vida. Me tapé otra vez, me acurruqué en el mismo espacio en el que estaba y la cama me recogió. Sí, hoy me di cuenta de que la cama me recogió, me dio su calor, me dio su amor. La cama me quiere. Sentí su amor, pude sentirlo en mi cuerpo. Seguí abrazada a ese amor tan de siempre... Después de un tiempo el recuerdo de un café caliente llenó mi mente. Decidí ir a por él, atender su llamada. La cafetera estaba en el mismo sitio que ayer, jajaja, me estaba esperando, y entre las dos conseguimos que apareciera un humeante café. Y él fue para mí hoy como una caricia que entraba por mis labios, seguía por mi garganta y llegaba lentamente a mi estómago. Me estaba sorprendiendo el día, ¿quizás hay amor más allá?
Fui a trabajar. Me cuesta. Me duelen las personas que trabajan en el mismo sitio que yo. Son diferentes. No me entienden. No les entiendo. Cogí el material que necesito para hacer mi tarea. De nuevo me reí, también estaban en el mismo sitio de ayer, ¿me estaban esperando? ¿me echan de menos? Cuántas conversaciones que en silencio mantuve han escuchado estas cosas, sí, y siempre me han escuchado y al día siguiente han vuelto a querer estar conmigo. Me han tocado las manos cuando yo las he tocado, han hecho lo que necesitaba que hicieran sin negarse a ello. ¿Quizás me estaban dando su amor al entregarse a mí? Y yo ¿les estaba dando mi amor al cuidarlas, al dejarlas en su sitio al terminar mi trabajo?
Se terminó mi jornada laboral, cuando estaba en la parada del autobús esperando al mío, cuando se acercaba levanté la mano y el autobús se paró delante de mí, abrió su puerta para que yo entrara. Me emocioné, por primera vez desde hacía mucho tiempo, y sentí dentro un cosquilleo. Quien conducía el autobús me había visto. Fui alguien para alguien. Estoy descubriéndome. Hay amor en mí. Descubro al amor que está callado en tantas cosas del día a día, esperando ser correspondido. Mi cama, mi café, el destornillador, la fregona, el ordenador, la silla... y hasta quien se para al lado de la acera para recogerme.
Día del amor. Sí. Mi vida y este día tienen todo en común.