Hoy se habla de la mujer, todo el día. Bueno, llevan días hablando de ellas. Ellas hablan de ellas. Ellas se reúnen con ellas.
Hoy, aquí, sin que nadie se entere, seguro, voy a hablar yo de ellas. Yo que soy ello..., bueno, lo diré más claro: soy él, hombre.
¿Qué significa para mí, hombre, el día de la mujer? Podría contestar que no me interesa, que ya está bien hablar de ellas tanto... Pero no, hoy quiero en este papel en blanco reconocer unas cuantas cosas que como hombre estoy viviendo.
- La primera sería que gracias a que un día las mujeres se cansaron de ser unicamente jarrones decorativos para la sociedad, los hombres hemos tenido la suerte de tener que dejar de ser la tierra, el abono, el agua, las flores y el plato de ese jarrón decorativo, y hemos pasado a ser personas con derecho a sentir, a llorar, y a bailar entre otros muchos actos más.
- La segunda sería que gracias a que un día las mujeres se cansaron de casarse con hombres solamente, los hombres hemos tenido la oportunidad de salir a la luz con nuestra homosexualidad y no esconderla, ir de la mano de nuestro amante y ser en cada momento femenino o masculino, según queramos.
- La tercera sería que gracias a que un día las mujeres quisieron trabajar en todos los trabajos fueran duros o no; que quisieron estudiar todas las carreras fueran difíciles o no y que quisieran ir a Marte fuera lejos o no, los hombres hemos tenido oportunidad de buscar nuevos trabajos, aquellos donde antes solo estaban ellas, y hemos podido descubrir la felicidad inherente de tratar con personas mayores desvalidas llenas de agradecimiento por nuestras caricias y compañía; hemos conocido el vértigo de caminar por un avión en marcha repartiendo champán con la alegría que dan las burbujitas, etc. etc...
- Y por último, gracias a las mujeres hemos descubierto los hombres, que gracias a los hombres las mujeres se mueven buscando para todos un mundo más equitativo, más amoroso, más justo.
Viva el día de la mujer celebrado junto con los hombres.
Pilar Prendes y Fernando Albuerne, voluntarios del Teléfono de la Esperanza en Asturias